 La iglesia de Turra de Alba, junto con las de Galleguillos y Coca de Alba, pertenece a un primer período de mudéjar que el historiador Lambert designa como popular, puesto que nace directamente del pueblo, de una manera espontánea y sin conexión de unos núcleos con otros, en el que las estructuras son cristianas y el material, la forma de construcción y los elementos decorativos árabes, adaptándose todo esto al gusto cristiano.
Es un arte que necesita de pocos medios económicos y tiene su máxima expresión en la humildes iglesias rurales. Este período coincide con el último del románico de ahí su designación como "románico-mudéjar" o "románico del ladrillo".
La iglesia forma parte de la fase clásica de la arquitectura de la repoblación. Sigue el modelo de planta más utilizado durante el siglo XIII, el de nave única con cabecera sencilla.
Se compone de una sola nave, ábside semicircular y tramo recto con la espadaña situada sobre el arco triunfal. Es una iglesia de pequeñas dimensiones, mide en su interior 18 m de longitud por 4 m de ancho en la cabecera y 7,20 m en los pies.
La decoración del ábside al exterior responde a un modelo sobrio basado en la superposición de tres filas horizontales de arquerías ciegas, de siete arcos las dos superiores y seis la inferior, situadas en el mismo eje las dos más altas y en diferente la más baja. Los arcos están doblados y son de medio punto excepto la hilada superior, que son ligeramente apuntados, sencillos y enmarcados en alfiz. Los arcos más laterales de las dos filas superiores son más estrechos que los restantes. En la hilada intermedia de arquerías ciegas se abren alternadamente tres pequeñas ventanas saeteras. El tramo recto de la cabecera se decora de manera semejante al tramo semicircular, con dos arcos en cada fila, pero los superiores son doblados en vez de estar encuadrados en alfiz. Todo el ábside se remata con una cornisa de ladrillos en nacela, sobre la que descansa el tejado.
Con toda probabilidad lo único que se conserva de su época original es la cabecera. La nave y la espadaña aunque también son de ladrillo, casi se podría asegurar que son posteriores. La espadaña se sitúa entre el punto de unión de la cabecera y la nave. La puerta de entrada está flanqueada por dos grandes pilares. Es de arco apuntado con tres roscas muy toscas y desiguales y un pequeño tejado posiblemente posterior e imitando los modelos antiguos.
En una rehabilitación anterior se sustituyeron parte de los ladrillos originales por piezas macizas de muy mala fabricación, con el paso del tiempo se han ido disgregando y presentan un aspecto terroso.
En el interior, la cabecera, que es lo que se conserva de la antigua fábrica, llama la atención por su esbeltez, compuesta por un arco y una bóveda de cañón con tres arcos fajones muy apuntados. Tanto el arco triunfal como los de la bóveda tienen una imposta de nacela en su intradós y todos son doblados.
Los muros laterales del tramo recto están decorados entre fajón y fajón por arcos ciegos de medio punto, rematados por imposta de nacela, desde la que arranca la bóveda.
En el interior del ábside el cuerpo inferior se separa del inmediatamente superior con una hilada de ladrillos colocados a sardinel, el cuepo superior está animado por las tres ventanillas saeteras decoradas con doble arco de medio punto y al igual que en el tramo recto se remata con imposta de nacela desde donde arranca la bóveda.
La cubrición de la nave se realiza de forma sencilla a base de entramado de madera de par y nudillo atirantado con cable de acero.
Restauración
La intervención se concretó en:
-TRATAMIENTO DE HUMEDAD: Para sanear las humedades producidas por las filtraciones del terreno se abrió una zanja de ventilación perimetral en la cara exterior del muro de cerramiento, con unas rejillas en la cara superior.
-CONSOLIDACIÓN: Se desmontó el muro que se encontraba en estado de semicolapso, y se sustituyó por un cerramiento a base de doble hoja de ladrillo macizo de tejar y relleno de tapial calicastrado.
-CUBIERTA: Se conservaron las cerchas de la estructura que, una vez destejado, se apreció que se encontraban en buen estado. Se recuperó la altura original. Se colocó babero de plomo en los encuentros entre cubierta y la espadaña,así como canalones y bajantes.
-ALBAÑILERÍA-REVESTIMIENTOS: Se enfoscaron con mortero de cal los paramentos verticales. Se retacaron y rejuntaron el resto de paramentos haciendo hincapié en el ábside y la espadaña. Se cambiaron las tejas necesarias por otras de similares características tanto en forma como en proceso de fabricación.
-CARPINTERÍA DE MADERA: Se sustituyó el entramado de madera del coro así como la escalera de acceso. Se restauró la puerta principal.
-FACHADA: En el exterior se retacaron las zonas del ábside y de la espadaña que habían perdido piezas. Se picaron las reposiciones efectuadas con ladrillo cerámico de baja calidad y se repusieron con ladrillo de tejar. En la fachada sur, se picó el enfoscado. Parte del muro se desmontó en la zona de colapso. Se repuso mediante doble hilada de un pie de ladrillo macizo, rellenando el alma al estilo del tapial preexistente. El acabado se hizo en mortero bastardo de cal desde el contrafuerte hasta la esquina oeste, ocultando la simulación de tapial. En los muros oeste y norte se limpió el ladrillo y se rejuntó de nuevo. Se picaron los entrepaños enfoscados y se volvió a enfoscar con mortero bastardo de cal. En los contrafuertes se pusieron piezas cerámicas arenizadas y, posteriormente, se aplicó una veladura de color que igualó el tono con el ladrillo de tejar original. Se abrió una nueva ventana en fachada para mantener la simetría con la existente. El fondo de los arcos se enfoscó con mortero bastardo de cal, siguiendo el tradicional modo de la época románico-mudéjar. Las arcadas de ladrillo quedan vistas. | | FICHA TÉCNICATipo: Restauración (Bienes Inmuebles) Provincia: Salamanca Proyecto: Santa María la Real del Patrimonio Histórico Colaboradores: Diócesis de Salamanca Presupuesto: 148.300,00 € |